COMPRENDAMOS

La Casa de la Ciencia de Atlixco es un museo interactivo que sigue la idea central de museos tales como UNIVERSUM, El Papalote, Explora, etc. pero con las características muy especiales de que es el resultado del trabajo de varias generaciones de jóvenes que a partir de los años ´60 han tratado de realizar actividades en su ciudad natal prácticamente sin recursos y sin apoyos de ninguna especie.

ANTECEDENTES

La divulgación de la ciencia así como intentos serios por motivar a los jóvenes atlixquenses en el quehacer científico se remonta a los años ´60 del siglo pasado (estas palabras suenan como algo muy lejano) quizás es mejor decir hace unos 35 años, con la actividad del entonces Grupo Cultural Maestro Antonio Caso (hoy José Martí) cuando se planteó, por la Junta Directiva del Grupo ,el proyecto de Casa de Cultura. Entre los integrantes de esta junta directiva cabe mencionar a Ricardo Pérez Avilés, Rafael Pateiro, Jaime Valencia, Francisco Muleiro y Carlos Lima, ellos plantearon el establecimiento de laboratorios abiertos al público dentro de la Casa de Cultura y es de mencionarse que se reunieron algunos materiales. Adicionalmente se organizaron varios ciclos de pláticas sobre temas científicos impartidas por profesores de la Facultad de Ciencias de la UNAM, de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la UAP y del Observatorio Astrofísico Nacional de Tonantzintla.

Estas actividades se continuaron en los años setenta al establecerse la Preparatoria Atlixco (antecesora de la Preparatoria Regional Simón Bolívar) donde se realizaron varios cursos de actualización para profesores de Física y Matemáticas subsidiados por instituciones tales como CONACYT, ANUIES, Sociedades Científicas o la Universidad de Puebla.

En la actividad escolar se mantenía una conferencia semanaria sobre temas científicos y adicionalmente parte de los equipos se desarrollaban por profesores y estudiantes. Los profesores eran estudiantes de las profesionales de la Universidad de Puebla.

Aquí debe mencionarse a Alberto Cordero, Efrén López, a los hermanos Julián, Jorge y Alfonso Torres Jácome, Jesús Rodríguez Z., Soraya Gómez y Estrada y Teresa Irma Ariza González.

Adicionalmente se realizaron algunos Congresos de Enseñanza de Matemáticas y a partir de ese tiempo la Sociedad Matemática Mexicana ha estado ligada de alguna forma a Atlixco.

En los años ´80 con la participación del doctor Jesús Pérez Romero en la coordinación del Instituto de Ciencias de la BUAP, las actividades de divulgación se incrementaron con la presencia de investigadores y profesores universitarios en conferencias y en varias exposiciones de ciencias de carácter popular que se realizaron tanto en la ciudad de Atlixco como en poblados de los alrededores. También se realizaron seminarios con algunos estudiantes de la región entre los que debe mencionarse a José Antonio Robles Pérez, Elías Manjarréz, Ricardo García Sosa, entre otros.

Al inicio de los años ´90 con el establecimiento del Instituto Universitario de Puebla (IUPAC) se realizó la Primera Feria de Matemáticas en el Palacio Municipal llamada "Un Día con Matemáticas" a iniciativa de José A. Robles Pérez, actividad que se ha hecho una tradición en Atlixco y que se realiza una vez al año en los meses de Mayo o Junio y consiste en mesas de exposición, pláticas, películas, etc., con la idea de ofrecer a los jóvenes de Atlixco ideas matemáticas presentadas en forma divertida.

FUNDACIÓN DE LA CASA DE LA CIENCIA

Con los antecedentes mencionados suena como algo natural el nacimiento de este museo pues todas las personas mencionadas y muchas otras que han participado en todos este proceso ahora están ligadas a la actividad científica o a la enseñanza universitaria en instituciones importantes de nuestro estado o del país y de alguna forma siguen siendo partícipes de la inquietud de hacer actividades en su lugar de origen. Casi todos ellos han realizado estudios de postgrado y juegan papeles relevantes en la investigación y docencia.

En 1995 se estableció el programa Viernes en la Ciencia con la plática "Las maravillosas curvas del fútbol" impartida por el Dr. Jorge Flores Valdés, creador, y en ese tiempo, director de UNIVERSUM (museo de ciencias de la UNAM) y aprovechando su visita se le planteó la posibilidad de tener en Atlixco una pequeña extensión de ese museo.

A partir de esta fecha se empezó a trabajar en el establecimiento de la Casa de Ciencia. Y es de hacer notar que ante la carencia de recursos, estos se sustituyeron por el trabajo de profesores y alumnos del IUPAC, quienes desarrollaron una parte de los equipamientos existentes actualmente. Debe mencionarse el trabajo de los profesores Jorge Figueroa , José Antonio Robles, Bonifacio Díaz y José Luis Avilés. También debe mencionarse el apoyo que el Doctor Jorge Flores Valdés dio para lograr un comodato con la UNAM con el cual se logró tener 6 equipamientos en depósito. Así como la aportación de varios investigadores del INAOE los cuales financiaron 2 equipamientos que se construyeron en el Instituto.

En septiembre de 1997 se inauguró finalmente la Casa de la Ciencia y a partir de entonces ha dado un servicio a los escolares de la región.

La Casa de la Ciencia cuenta con 5 salas, siendo estas Vulcanología, Matemáticas, Astronomía Óptica y Computación y en el mismo edificio está la Sala de Conferencias y la Biblioteca, ambas sostenida por el Grupo Cultural José Martí que en mucho da soporte a la Casa de la Ciencia.

En septiembre del 2000 el Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología otorgó a la Casa de la Ciencia, el Premio Estatal de Divulgación de la Ciencia teniendo esto dos aspectos que deben resaltarse. El primero es el reconocimiento en sí por parte del Estado de que esta actividad es valiosa y que hay que estimularla y la segunda es contar con el monto económico del premio, el cual pudo invertirse en las nuevas salas.

Actualmente se está trabajando en la segunda etapa del museo y en lograr hacer más sistemáticas todas sus actividades para lo cual es conveniente terminar esta líneas haciendo un llamado a las autoridades, instituciones de educación superior y de investigación de nuestro estado, para lograr institucionalizar esta actividad que, ahora puede afirmarse sin lugar a dudas, ha resultado ser fructífera.