COMPRENDAMOS

En numerosas ocasiones escuchamos que el dinero que el gobierno invierte cada año en ciencia y tecnología (CyT) (digo "invertir" por ser más correcto que "gastar", aunque parece que el gobierno lo ve más como gasto que inversión) es siempre insuficiente. Lo decimos los investigadores, que cada año llenamos los formularios para solicitar apoyos para proyectos en ciencia básica y aplicada (y nos sorprende que a numerosas empresas privadas se les faciliten fondos de¿investigación" sin trámites complicados y sin necesidad de reportar al final detalladamente cuáles son los productos de sus ¿investigaciones") y cada que el Congreso define el presupuesto de egresos en donde nunca rebasamos un 0.39% del PIB destinado a CyT (Estados Unidos gasta 2.5%, Europa anda por el 4.1% en promedio, pero como somos un país soberano la opinión que nos de la OCDE o la UNESCO respecto a que aportemos al menos el 1% nos vale sorbete: ¡Viva México!). En fin, como nunca alcanza el dinero y siempre pedimos más, los gobiernos (y la gente en general) han de pensar que hacer ciencia cuesta y cuesta mucho. Y ya que somos un país con numerosas carencias (por ejemplo, carecemos de servidores públicos con una formación apropiada para los puestos que desempeñan), mejor empleamos los escasos recursos presupuestarios en paliar nuestros problemas (lo que en la práctica es equivalente a quemar el dinero o a echarlo en un pozo sin fondo, pues el problema no se arregla en sí).

Imaginemos algo muy simple.

Suponga usted amable lector que quisiera que el Estado de Puebla se convirtiera en una potencia científica nacional (y competitiva a nivel internacional) en, por ejemplo, Nanociencias y Nanotecnología. ¿Cuánto costaría esto"

Un Centro Estatal de Nanociencias y Nanotecnología costaría aproximadamente unos 100 millones de pesos nada más en lo que representa el edificio (con 6 laboratorios, espacios para instrumentos, oficinas e instalaciones especiales; no equipamiento mayor). Luego vendría el equipamiento, que serían aproximadamente otros 5 millones de pesos en mobiliario general y cerca de 145 millones de pesos en instrumentos científicos. Total: 250 millones de pesos (unos 20 millones de dólares). ¿Es esto mucho dinero" Bien podría uno revisar costos que el gobierno actualmente realiza en otras obras y darse cuenta que no es tanto dinero, y que como inversión, bien podría generar en el mediano y largo plazo numerosos beneficios (económicos, tecnológicos, sociales).

Claro, queda pendiente el costo del recurso humano capacitado para trabajar en dicho centro, pero eso sería el problema más simple de resolver (créanme: conozco al menos a una veintena de colegas dispersos en México y el extranjero que bajo esas circunstancias volverían al país). Lo más difícil es convencer a quienes pueden hacer realidad las cosas.