COMPRENDAMOS

Esta semana estamos sufriendo unos de los días más calurosos del verano como consecuencia de la entrada de una masa de aire cálido y muy seco procedente del norte de Àfrica que va acompañada también de polvo en suspensión (si miráis el color del cielo veréis como no es tan azul como de normal. Es más blanquinoso). De hecho, la noche del martes al miércoles tuvimos la noche más cálida del último siglo en la península. Sin embargo, ¿qué es una ola de calor? Se conoce como ola de calor al período de tiempo consistente en más de tres días seguidos durante los cuales las temperaturas alcanzan o superan los 32ºC.

Eso sí, hay que ir con mucho cuidado con ellas porque son muy peligrosas si no se toman las medidas adecuadas. Incluso, nos pueden llevar a la muerte o dejarnos consecuencias irreversibles o muy graves para nuestro organismo (sobre todo a niños, ancianos o personas con determinadas enfermedades coronarias). No obstante, también puede afectar a jóvenes y personas sanas por diferentes situaciones: beber alcohol, hacer ejercicio físico en horas de máxima insolación, etc.

Las personas sufren un golpe de calor cuando el sistema que controla la temperatura del cuerpo se sobrecarga. Generalmente, nuestro cuerpo se mantiene con la misma temperatura sudando, pero en determinadas ocasiones, el sudor no es suficiente. En estos casos, la temperatura del cuerpo de la persona aumenta rápidamente superando los valores normales y se sitúa entre los 39’4º y los 41ºC durante períodos de 10 a 15 minutos.

Algunos síntomas que avisan de un golpe de calor son los siguientes: Temperatura corporal extremadamente alta, piel seca, caliente y roja, pulso rápido, dolor de cabeza, mareo, confusión o pérdida del conocimiento. Si observáis estos síntomas en alguna persona, llevadla a urgencias o llamad a una ambulancia.

Pero sin duda lo mejor es no llegar a este punto. Cómo actuar, por tanto, delante de una ola de calor? Aquí os dejo algunos consejos:

• Evitar actividades estresantes o que requieran mucha actividad física (y menos al sol).
  
• Beber muchos líquidos, incluso si no se tiene sed. Beber también mucha agua.
  
• Salir a la calle lo necesario y permanecer cerca de un adecuado aparato de aire acondicionado.
  
• Vestir ropa ligera y con colores claros que reflejen la luz del sol.
  
• Protegerse la cara y la cabeza del sol y evitar exposiciones prolongadas al sol, especialmente entre las 12’00h. y las 16’00h.
  
• No consumir bebidas alcohólicas y cafeína en exceso.
  
• Y por supuesto, NUNCA deje a los niños ni a los animales solos dentro de un vehículo cerrado. Esta clase de exposición al sol puede matar en solo unos minutos.