COMPRENDAMOS

 Entre las funciones esenciales de la labor de la difusión científica se encuentran:

1. informar al público en general acerca de los avances y descubrimientos en ciencia y tecnología, que modifican el mundo que nos rodea, y
2. promover la vocación científica en los lectores.

En efecto, un buen artículo de divulgación fomenta en el lector la curiosidad, la capacidad de observación, la necesidad de encontrar explicaciones para los fenómenos observados, y la satisfacción que proporciona un descubrimiento. [ Juaristi, 1985 ]

En México, la promoción de la vocación científica es de particular relevancia en vista de la necesidad actual por establecer un cuerpo de científicos y tecnólogos mucho más numeroso. En efecto, entre los países del mundo, México no llega ni al lugar 40 en lo que se refiere a su competitividad industrial. Este lamentable atraso tecnológico se manifiesta también en el hecho de que actualmente menos de 200 patentes son registradas al año por mexicanos. [ de la Peña, 2003 ]

Aunque el momento ideal para despertar en los jóvenes el interés por la investigación se encuentra en su educación secundaria y preparatoria, la realidad muestra que la mayoría de los profesores que enseñan en escuelas secundarias y el bachillerato cuenta con nula experiencia en investigación. [ Juaristi, et al., 1995 ]

Como consecuencia de lo anterior, el número de científicos en México es muy escaso todavía: sólo 5 de cada 10,000 habitantes de la población económicamente activa están clasificados en esta categoría. Por comparación, Estados Unidos tiene 74 investigadores por cada 10 mil habitantes, Suecia 68, y Francia 59. Incluso Turquía cuenta con un índice mayor (7). [ de la Peña, 2003 ]

Otro dato que muestra la urgencia de la situación en nuestro país es el siguiente: aunque el número de egresados de la educación superior (titulados) en México se cuadruplicó en el período 1980-2000 (pasó de 33,099 a 122,670), la matrícula en carreras científicas disminuyó en términos relativos y en algunos casos también en términos absolutos. Como resultado, el número de graduados es muy pequeño: 1,100 doctorados en todas las áreas en el 2001. Comparando con otros países, Estados Unidos doctoró en el año 2001 a 45,000 estudiantes, España a 6,000 y Brasil a 6,600.

Deseamos pues a ALEPH ZERO el mayor de los éxitos en su encomiable labor de difusión y promoción de la ciencia. En particular, esperamos que muchos jóvenes lectores encuentren en los artículos aquí publicados la motivación para dedicar su vida al desarrollo de la ciencia y la tecnología en beneficio de la nación.