COMPRENDAMOS

Dentro del marco de la 12ª Semana Nacional de Ciencia y Tecnología se llevó a cabo el foro Chavos con-Ciencia ¿Vale la pena estudiar Ciencias? el cual fue organizado por la SOMEDICyT-Puebla, la Casa de la Ciencia de Atlixco y el INAOE, con el objetivo de dar voz a estudiantes y profesores de éstas y otras instituciones, tales como la UDLA, la BUAP, la UPAEP, el CIMAT, el IUPAC y el Consejo Puebla de Lectura.  

Cinco panelistas: Lorena Magallanes (Física-BUAP), Angélica Pérez Ariza (Matemáticas-CIMAT), Ary Rodríguez (Astrofísica-INAOE),  Miguel Ángel Alemán (Química-UDLA) y  Fernando Tapia (Preparatoria-IUPAC)  reflexionaron sobre sus motivaciones e inquietudes respecto a las carreras que han seleccionado.  

Los puntos de vista  de cada uno de los panelistas, así como los de algunos  asistentes  de las diferentes instituciones  participantes,  han aparecido en los dos números anteriores de Aleph Zero.  Cada uno  preparó una síntesis con las ideas que expuso en el foro, sin embargo, fue imposible incluirlas todas. Por esta razón, invitamos al Consejo Puebla de Lectura para que nos hiciera una reseña, la cual apareció como un artículo titulado “Ese Oscuro Objeto de la Ciencia”, que complementa las opiniones vertidas alrededor de  las tres preguntas que respondieron los panelistas: ¿Por qué  decidí estudiar ciencias? ¿Conozco bien mi campo laboral? ¿Son la divulgación y la docencia una opción?  

El  título, sólo el título,  refleja la percepción común que la mayoría de la gente tiene sobre las llamadas ciencias exactas: que son algo complicado, intrincado,  reservado sólo a aquellos  con habilidades especiales, etcétera,  envolviendo así a dichas ciencias en una nube impenetrable que sólo podía abrirse ante  seres con grandes capacidades y con una enorme osadía.  En este artículo, como contraste, no se pretende hablar de seres superdotados, sino se busca  remarcar  la brillantez de los panelistas participantes, todos estudiantes de alguna rama de la ciencias llamadas duras (Física, Química, Biología, Matemáticas), que además de brillantes, son  activos y con  gran iniciativa.  

Uno de los asistentes  dijo que se le erizaba la piel  de la emoción al escuchar las motivaciones de  estos estudiantes, no es mi caso.  Conociéndolos, no esperaba menos de ellos y sabía que cumplirían con uno de los objetivos del foro: alentar a otros estudiantes, especialmente de preparatoria,  a acercarse a las ciencias, y que se convirtieran en una posible alternativa de estudio.

Otro punto  que lució es la conciencia que todos tienen de la situación de nuestro país, no sólo en cuestiones de desarrollo científico, sino en general, en el ámbito económico y social.  Varios de lo muchachos comentaron sobre el escaso interés del gobierno en la Ciencia, lo cual no es raro, como escribe Marcelino Cereijido en su libro “La ignorancia debida”,  donde establece que los gobiernos latinoamericanos hablan de apoyar a la Ciencia en cuanto resuelvan sus problemas más graves, cuando en realidad  deberían  apoyarse en ella para resolverlos, sino  parecería  que para sanar a alguien, primero debemos hacer algunos transplantes de órganos y ¡después estudiar medicina! O bien, ¡resolver ecuaciones diferenciales y luego estudiar matemáticas!.

¿Por qué entonces, a  pesar de esta política errónea con respecto a la Ciencia, encontramos a muchachos, como los de este foro,  que han  obtenido premios en olimpiadas y concursos nacionales e internacionales, con actividades que enriquecen nuestra cultura como programas de radio, organización de congresos y clubes y casas de ciencias?

Probablemente debido a la  destacada  labor  de un pequeño grupo de gente, proveniente de diversas instituciones, pero  bien identificados por el entusiasmo que le ponen a la divulgación a pesar de las condiciones adversas, como la misma Casa de la Ciencia, que fue anfitriona del foro, las mesas de ciencias de la UDLA, el grupo de divulgación de la UPAEP o los capítulos de divulgación de la OSA y el SPIE del INAOE.  Este esfuerzo conjunto da  pie a explicar el otro motivo de este foro: reunir en un evento a diferentes  instituciones y grupos encargados de promover la Ciencia, y  que éste sea el primero de una serie ilimitada,  para difundirla en nuestro estado, y llegar así  a los  jóvenes entre los  que, estamos seguros, se encuentran aquellos que tienen la solución a muchos de los problemas que enfrenta nuestra nación.

Para finalizar de manera amable,  y ligar el título al texto, les mencionaré lo que dijo  uno de ellos cuando se hablo de que la parte formal de la Ciencia era muchas veces la parte difícil y por la cual muchos huían: “precisamente, en lo formal está su encanto”, tal vez discreto para algunos y desmesurado para muchos de nosotros.